Ni grandes traspasos, ni acuerdos a tres o cuatro bandas, ni cambios múltiples de jugadores. El mercado se ha cerrado después de demasiado ruido y escasas transacciones de interés. Los reyes de la baraja implicados en las operaciones de compra-venta no han cambiado de palo, solo alguna sota y naipes secundarios se han visto obligados a moverse. Ni Gasol, ni Howard, ni Rondo, ni Anthony. Después de semanas de incertidumbre, rumores y previsiones equivocadas, el plazo de cambio de cromos entre las franquicias se cierra dejando un sabor generalizado de descontento y relaciones melladas de difícil arreglo.
Pau Gasol ha sido el nombre más mentado, el ‘trending topic’ de las quinielas de salidas y entradas. Después del fracasado canje por Chris Paul, el pívot ha tenido billete para Houston, Chicago, Boston, Minnesota o Toronto. Muchos meses en el disparadero para seguir en Los Ángeles sin que nadie pueda mostrarse satisfecho.
Y no será porque los Lakers no hayan intentado hasta última hora cerrar alguna de sus tentativas. Los Nets han llegado a poner en el mercado a Deron Williams, pero no estaban dispuestos a aceptar un trueque que implicara a Gasol. Finalmente, los empleados de Jerry Buss han decidido optar por la solución más elemental, quitarse al veterano Dereck Fisher y tratar de arreglar algunos de sus problemas con la incorporación del atlético Ramon Sessions, procedente de los Cavaliers, para dirigir al equipo.
Los Lakers se han tenido que quedar con un jugador que valoran pero que saben que es su mejor moneda para moverse en el mercado. El español es una opción muy apetecible. Es uno de los interiores más versátiles de la liga, es equilibrado y entiende el baloncesto como un deporte en el que el éxito llega a través del equipo, algo muy difícil de entender para muchos de los egos que se pasean por la liga. El catalán tiene estatus de estrella, por su calidad y por su atractivo para los aficionados, pero sabe estar a la sombra de otro jugador franquicia sin que merme su productividad y sin necesidad de alzar la voz si no es estrictamente necesario, una cualidad que aprecian mucho los conjuntos con aspiraciones.
Pau seguirá de púrpura y oro esta campaña pero sabe que sus días en el Staple Center están contados y que para el general manager, Mitch Kupchak, su salida en verano es fundamental para empezar a construir el nuevo futuro angelino.
Durante cuatro años, los californianos han podido disfrutar del ’16’ y agradecen su aportación a una nueva etapa de éxitos después de unas temporadas duras tras la salida de Shaquille O’Neal, derrotado en la pelea de gallos con Kobe Bryant.
Pero Mike Brown tenía desde principio de temporada la orden de que el lugarteniente de la ‘Mamba negra’ pasaba a ser Andrew Bynum, relegando a Pau a un rol complementario que le ha alejado incluso de su posición natural en la pista. El cierre del mercado es solo una pausa en la estrategia de los Lakers, un receso en sus planes para iniciar una nueva dinastía, la última en torno a Bryant.
El resto de traspasos habían quedado marcados horas antes por el último viraje hacia ningún lado de Dwight Howard. Si, hace unos meses, el mastodóntico poste lloraba por las esquinas por salir de los Magic con destino a una franquicia que aspirase con solvencia al anillo, el martes decidió que el lugar ideal para continuar su carrera era Orlando y que iba a esperar a convertirse en agente libre para tomar una decisión sobre su futuro, con lo que también adelantaba que no se movería hasta 2013.
Los únicos nombres de cierto peso que lucirán nueva camiseta son los de Andrew Bogut y el del anotador Monta Ellis. El australiano liderará desde el poste bajo a Golden State, mientras que el escolta se lleva sus puntos a Milwaukee para formar una pareja exterior de lujo con Jennings.
En un acuerdo de última hora, Nené Hilario ha recalado en Washington en un pacto en el que estaban implicados también Denver, que se ha hecho con el taponador JaVale McGee, y Clippers.