>

Blogs

Fernando Canales

Culinariosidad

El pelador de tomate

Quizá uno de los platos más elaborados en nuestra cultura mediterranea sea la ensalada de tomate. Podríamos decir que casi existe una receta por cada hogar: cada uno tiene su receta. El tomate cuando se pela se convierte en un manjar. No sólo cambian su textura y su sabor, sino que la explosión en boca y los matices que podemos apreciar son increíblemente diferentes. Digamos que la piel es como un corsé natural que le oprime -una pequeña carcel que aprisiona su sabor- y, cuando se la quitamos, el tomate reconoce la libertad y nos premia dándonos todo un recital de matices gustativos. Diría que hasta podemos discernir su complejo equilibrio entre dulzor y acidez. Yo incluso hablaría de dos productos diferentes: uno, el tomate pelado; otro, el tomate sin pelar… Por supuesto, la temperatura a la que tenemos que comerlo tiene que ser sobre 20 grados, lo que normalmente cocnocemos como temperatura ambiente

¿Y cuál es el problema del tomate pelado? Pues, precisamente ese, el pelarlo, el conseguir quitar su difícil piel -que es tan difícil por el alto contenido de humedad en su interior-. Pero ahora existen en el mercado unos peladores de tomate sensacionales que con su filo microdentado permiten hacer esta operacion sin dificultad. Haceos con uno y disfrutad con vuestra ensalada de tomate.

También es verdad que otra opción es la de escaldar, pero os aseguro que el sabor no tiene nada que ver.

Recordar que el tomate contiene licopeno, un antioxidante natural que es extraordinario para nuestra salud.

Temas

El mundo de la cocina, por Fernando Canales

Sobre el autor


enero 2009
MTWTFSS
   1234
567891011
12131415161718
19202122232425
262728293031