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Janire Prudencio

Una científica vasca en la Antártida

¿Cómo puedo ir a la Antártida? II: El reconocimiento médico

Como ya decía en el anterior post, todos los investigadores de los proyectos debemos de pasar un reconocimiento médico, antes de poder participar definitivamente en la campaña.

Las Bases Antárticas Españolas, tanto la Gabriel de Castilla como la Juan Carlos I, están a más o menos 3-4 días en barco, en el mejor de los casos, del continente americano, así que imaginaros que cualquier urgencia médica puede complicarse mucho. Imaginad cuánto tardarían otras bases que se encuentran en el continente antártico propiamente dicho. E imaginaros además que estamos en invierno antártico y necesitamos de un rompehielos… La situación podría complicarse demasiado. Como curiosidad, os contaré que no sé si los chilenos o los Argentinos obligan a todos los ocupantes de sus bases a operarse de apendicitis para no correr ningún riesgo.

A nosotros no nos exigen tanto, sólo algunas cosas que ahora os contaré. Generalmente, nos “exigen” una buena forma física. Yo diría que una forma física adecuada a nuestro trabajo. Quiero decir, si nuestro trabajo es coger muestras en glaciares, obviamente tendremos que tener unos conocimientos mínimos de montaña. O por ejemplo, si formamos parte del grupo de los buceadores, debemos de haber realizado un curso de buceo y haber hecho varías inmersiones. Pero eso forma parte del trabajo de estos equipos, así que es algo de su día a día y que damos por hecho.

Todos debemos de rellenar un cuestionario médico previo con enfermedades con antecedentes en familiares y sobre nuestros antecedentes personales. Las mujeres además debemos de responder a algunas cuestiones ginecológicas. Nos realizan un examen médico general para comprobar sobre todo nuestro aspecto físico, nuestra estatura, nuestro peso, etc. Nos reconocen los otorrinos y los oculistas, nos toman el pulso, la presión sanguínea, nos hacen un electrocardiograma y nos hacen análisis de sangre y de orina. Un traumatólogo nos reconoce para comprobar que tenemos buena movilidad. Nos auscultan los pulmones y nos hacen una ecografía para comprobar que tenemos los riñones funcionales. A las chicas además nos hicieron una ecografía adicional. Y creo que, por último, nos examinó un psicólogo. Fueron un par de preguntas, nada por lo que alarmarse.

Una vez terminado el mismo reconocimiento médico nos vacunaron contra la meningitis tetravalente, que era una de las vacunas que nos obligaron a ponernos. También tuve que vacunarme de la Hepatitis A y de la Fiebre Tifoidea. Pero si alguna vez tenéis la oportunidad de ir, quién os dirá qué vacunas os aconsejan serán el médico de la base y el médico del comité polar español.

Una vez concluido el reconocimiento médico, nos envían un informe médico con la valoración del médico del comité polar que puede ser: apto, no apto y no apto temporal. No apto temporal pueden ser aquellas personas que en el momento del reconocimiento padecían alguna enfermedad que puede resolverse antes de realizar el viaje. Y algunos ejemplos de no aptos pueden ser: una obesidad abdominal excesiva, algunas enfermedades infecciosas o parasitarias, que deberán valorarse en función de la complejidad del tratamiento, la contagiosidad, etc., alteraciones en la coagulación, el embarazo, etc. Todas ellas son para evaluar y/o estudiar con más detenimiento, cada caso es diferente.

Si conseguimos el APTO… ¡¡¡Ya estamos listo para ir a la Antártida!!! ¿Nos queda algo más todavía?

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